Julio Iglesias en Puerto Rico: Elegante, Sensual… y Confesional

Por: Elcie Gonzalez para People Music

Elegante, sensual y confesional transcurrió la tan esperada presentación del divo español Julio Iglesias en el Centro de Bellas Artes de Santurce de Puerto Rico donde se presentó el pasado viernes, acompañado de sus músicos y un grupo de bellas vocalistas para interpretar una selección de sus más hermosas melodías en un concierto caracterizado no solo por la buena música sino por la charla amena y divertida entre el famoso cantante y su público.

Luego del “opening”, recreado por luces rojas, que luego se entrecruzaban bellamente con reflejos naranjas y turquesas, Iglesias, apareció en escena, impecablemente ataviado, mientras se dejaban escuchar dos de sus hermosas melodías, “Amor, Amor”, y “la Gota Fría”, recibidas con un entusiasmado aplauso por parte de los espectadores.

De inmediato, el cantante con desenfado y gentileza como se le reconoce siempre en los escenarios, se dirigió al gran público, pero sus primeras expresiones apenas se pudieron escuchar debido a dificultades con el sonido, situación que el artista supo soslayar con sus ocurrencias y revelaciones. “Llevo cantando 48 años, he pasado miles de situaciones, pero esta noche en Puerto Rico, no quiero tener ni un solo pequeño problema por el sonido”, expresó el cantante mientras el público, entre risas y conciliador apoyaba sus palabras.

Luego, antes de interpretar otra de sus favoritas, “Me olvidé de vivir,” Julio comentó: “Los seres humanos piensan que el tiempo se puede parar, es mentira. El tiempo no se puede parar, no hay tiempo. El tiempo para mí ha sido inexorable. Me gustaría cambiar otras cosas, pero no el micrófono…Tengo 73 años y aún tengo ganas de cantar. Si no tuviera la pasión de cantar, no cantaría más; no cantaría más en mi puñetera vida y esta es una de las razones por las que sigo cantando “, comentó.

Luego de revivir sus éxitos mundiales “Hey”, “Careless Whisper”, “Ella” y “Échame a mí la culpa”, el artista prosiguió mezclando sus revelaciones con el canto. “La música de los latinos ha abierto tantas puertas al amor, después de cantar por muchos sitios, he aprendido a cantar, comentó, se los advierto. “Si uno no aprende a aprender, sus gentes no los quiere si no “enseñamos a nuestros hijos a aprender: aprender, aprender, no progresamos. “ Yo traté de hablar fuerte a mis hijos, de ambicionarlos por la vida, y hoy ni siquiera hablan conmigo”, comentó en broma, el cantante.

“Yo traté de llevar nuestra música latina por el mundo. No hay dudas, que se ha de llevar en el alma la liturgia de esta música que ha hecho nacer a miles de niños en América, comentó jocosamente y se refirió a un disco que recientemente grabó en México junto a Juan Luis Guerra y Pablo Alborán, entre otros , y sobre el cual dijo que en un principio no le entusiasmo, pero que luego fue una hermosa experiencia que le ha permitido aquilatar el poder de esta música, su fuerza y su vigencia en la voz de jóvenes y exitosos cantantes latinos para los que tuvo palabras de elogio.

Esta noche de su concierto, después de una década fuera de los escenarios puertorriqueños, el artista con tono intimista, relató con su público recuerdos de sus experiencias a lo largo de más de 70 años de vida artística, como su alusión a la ocasión en que iba a compartir con Willy Nelson, y que puso a prueba su entonces, escaso dominio del inglés para poder interpretar “Crazy” junto al artista estadounidense de música country y que luego, de un tiempo de preparación, pudo interpretar impecablemente y ha resultado también uno de los favoritos de su discografía. Igualmente, contó una anécdota acerca del famoso cantante Pavarotti, quien en una ocasión pidió prestado su avión para cantar en Sudáfrica y para sorpresa suya, al final, Pavarotti le envió una nota diciéndole: “Nos vemos en el infierno “Luego, al año y medio entendió lo que este le había querido decir, al enterarse de que el famoso cantante lirico, había muerto de un agresivo cáncer en el páncreas.

Sin embargo, una de las revelaciones más emocionantes ante los puertorriqueños, fue cuando Iglesias, dijo que esta vez quería confirmar públicamente su origen también puertorriqueño porque su abuela había nacido en Guayama, e incluso al interpretar “Un Canto a Galicia”, que es una de las canciones que había escrito y dedicado a su padre, a los 20 años, parafraseo su letra mencionando a Guayama en el estribillo, en vez de Galicia, lo cual arrancó encendidos aplausos de los puertorriqueños que estallaron en risas cuando sugirió maliciosamente, que ahora hasta la prensa española podría decir que su “pito”, era puertorriqueño.

Su amor por la Isla del Encanto y de los gratos momentos que la atan a ella quedó esta noche de manifiesto durante los momentos de plática del cantante. “Llego a Puerto Rico en el 73 y cantaba todos los meses de octubre en el Caribe Hilton. Yo era entonces, el hombre más feliz del mundo. Éramos cinco compañeros y teníamos un amigo puertorriqueño maravilloso, Santiago Vilar, que era tan golfo como yo, dijo mientras pedía disculpas a su esposa, y era el mejor amigo que he tenido en la vida y a quien amo por miles de generosidades y razones. De entonces acá, comentó irónico, todo ha cambiado; hoy tengo que hacer brujerías para hacer el amor; antes el amor era gratis; ahora me cuesta un dineral; todo me cuesta”, añadió el cantante mientras la audiencia estallaba en risas.

Esta noche inolvidable con Iglesias en Puerto Rico incluyo además temas como “Abrázame”, “De niña a mujer,” una canción que dedicó a su hija Chabeli, “Ni te tengo, ni te olvido”, “La Carretera”, temas en inglés, y sus mundialmente conocidos “Me va, me va” y por supuesto, “La vida sigue igual”, escrita también por él cuando era apenas muy joven y una de las más exitosas y preferidas de su repertorio.

Finalmente, el artista se despidió sobriamente del público puertorriqueño que no dejó de acompañarlo y de aplaudir sus canciones durante toda esta gran velada de lujo del famoso cantante español que permitió constatar, sobre todo, que el tiempo pasa, pero no, el talento y la buena música.