TEATRO

Los “ruidosos” de arriba: una obra inclusiva

Por: Tainari Carmenaty para People Music

Desde España nos llega “Los Vecinos de Arriba”. La primera obra teatral escrita por el cineasta español Cesc Gay. En una alianza entre el Instituto de Cultura Puertorriqueña para Impacto Comunitario y Anilom, Inc. Esta comedia está centrada en las relaciones de pareja y su complejidad. La pieza —protagonizada por Suzette Bacó, Junior Álvarez, Kisha Tikina Burgos y Modesto Lacén— fue inspirada en vivencias del propio autor cuando unos vecinos “ruidocitos” se mudaron al apartamento de arriba.

Ana y Julio (Bacó y Álvarez) son un matrimonio que tiene una hija y viven en el apartamento de abajo. Mientras, Laura y Bryan (Kisha y Modesto), viven en el de arriba hace algunos meses. Estas parejas, como todo vecino en un edificio, se ven en áreas comunes y se saludan amablemente, pero nunca habían compartido de manera más cercana. Ana decide invitarlos a su apartamento y se encuentra preparando todo para recibirlos, a lo que Julio responde con desagrado y quejas acerca de todo. Está ansioso por reclamarle a los vecinos los escandalosos gemidos y ruidos que se dan en el piso de arriba. Para Ana es muy importante la aprobación social por lo que prefiere llevar la fiesta en paz. Una vez llegan los vecinos empieza a desarrollarse toda la problemática. El ambiente se empieza a caldear y los temas de la intimidad sexual de ambas parejas salen a relucir destapando secretos y fantasías no cumplidas, resentimientos guardados, frustraciones, heridas causadas a conciencia, cinismo encubridor de verdaderos sentimientos y hasta una necesaria terapia de pareja para salvar la relación que ahora se encontraba en juego. Una historia que nos hace repensarnos nuestras relaciones amorosas.

El joven director Omar Torres tuvo a su cargo a este elenco que ya trae consigo vasta experiencia. Fue honorable la atención que Torres prestó en los detalles de la estructura psíquica y fisiológica de los personajes, en los movimientos que le otorgó a cada uno como individuo y dentro del bloqueo o movimiento escénico. Pese a que la gente está acostumbrada a ver a Bacó realizando comedias, no podemos perder de vista que es actriz de formación. Por tanto, el drama es parte de su carrera y sin duda alguna podemos ver su madurez actoral en este personaje que le permite aportar su bagaje. Sobre sus hombros llevó la responsabilidad de crear esos matices que marcan el tiempo. Como los momentos de silencios y pausas que eran trascendentales en las escenas dramáticas cargadas de sentimientos encontrados y todos perceptibles en su rostro y su cuerpo. Por su parte, Álvarez tuvo a su cargo el personaje más detestable de la obra, algo que sabemos que logra a cabalidad porque lo hemos visto antes en estos roles. Representó a un hombre seco, ácido en sus comentarios, prejuicioso e irrespetuoso. Sin embargo, esta pieza requería una epifanía en este personaje de Julio y definitivamente lo logra. Ese cambio fue notable y valeroso para la historia y para conectar con Suzette en sus escenas. Por otro lado, Lacén tenía el personaje de un canadiense muy simpático y espontáneo, con la inocencia honesta de un niño que decía cositas indiscretas, pero ciertas. Muy refrescante, cariñoso y sensible. Tikina tenía el rol de psicóloga por lo que era más elocuente y consciente de cómo decir las cosas y cuándo. Haciendo un balanceado contraste con el personaje de Lacén. Ella fue el agente unificador de todas las partes; la mediadora. Ambos muy bien logrados. Se vio el trabajo en equipo y entre todos lograron llevar al público, de la risa al coraje y del coraje al conmovedor llanto.

Los elementos técnicos también fueron clave en esta puesta en escena. La presentación fue en la sala experimental Carlos Marichal, que es pequeña. Lo más que sobresale es el escenario porque queda en medio de todo el público. Podría parecer sencillo, pero es más complejo porque todo está en visto en todo momento. Se vieron figuras del teatro como José Brocco, Angela Mari, Luisa De Los Ríos y Sully Díaz respaldando a sus compañeros. Un dato curioso fue que en la función del domingo 28, hubo intérprete de señas para la comunidad sorda y descripción por audífono para personas no videntes lo que hizo de esta experiencia teatral una verdaderamente inclusiva. ¡Bravo por Anilom, Inc.!

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