CONCIERTOS

Pablo Milanés Apunta con su canto al corazón

Por: Elcie González

En un espectáculo que conmovió por su imperturbable sobriedad y entrega, transcurrió la presentación del querido cantautor cubano, Pablo Milanés en el Coliseo José Manuel Agrelot de Puerto Rico, ante un público que, si no llenó a totalidad esta vez las salas del “Choliseo” boricua, si se mostró ávido y expectante por disfrutar nuevamente, de sus inolvidables y archiconocidas canciones con las que alguna vez se enamoró, luchó y amó.

Ya, sobre las 9 y 15 de la noche, luego de un paciente esperar por parte del público, y un rápido palpitar de luces, hicieron su entrada los tres músicos de la banda y se posesionaron silenciosamente en la batería, el piano eléctrico y el bajo, mientras el murmullo del público los recibía e inmediatamente entró también, Milanés, con pausado andar y seguridad hasta llegar frente al escenario, y saludar reverente al público mientras lucía su espléndida voz en “Identidad,” primera melodía de la noche.

“Muy Buenas Noches. Otra vez estamos en nuestro querido Puerto Rico con un repertorio de ahora, antes y mucho antes. Disfrutemos y pasemos una noche agradable, entre amigos” Comentó, a manera de saludo el trovador, mientras se posesionaba, vestido de chaqueta y pantalón negros, como acostumbra, en una silla central, justo frente a un escenario, también sobrio, únicamente entremezclados por bellos torrentes de luces multicolores parecían esparcir en formas caprichosas hacia el auditorio cada canción.

Lo demás fue un cantar imparable, pues, en esta oportunidad, más que dialogar el músico cantó ajustándose la mayor parte de las veces al repertorio en el que incluyó una sabia selección de canciones estelares, de esas que el corazón de los amantes de su música no olvidan como, “Comienzo y final de una verde mañana”, “Si ella me faltara alguna vez”, “Nostalgias,” La Felicidad”, “Ya ves” y “Amo esta Isla”, que fue seguida y sonoramente coreada por toda la audiencia, de pie mientras Pablo ,callaba y sonreía.

De sus melodías más recientes, interpretó “Amor de otoño”, de su último disco “Renacimiento”. Y al cantar “Nostalgia”, aseguró que esta le resultó posteriormente, una canción más emblemática que “Días de Gloria”, que daba nombre precisamente a ese disco.

Al interpretar “Canción” o “De que callada manera”, otra de sus emblemáticas canciones, Pablo se refirió a su autor el gran poeta cubano de poesía afroantillana, Nicolás Guillén, y comentó que luego, fue musicalizada, con gran éxito, llegando a convertirse en preferida del público de todos los tiempos.

Le siguió “Ya Ves”, hermosa y tierna canción de la cual dijo era su preferida y que por supuesto junto a “La soledad”, y otras que apelan a los más íntimos sentimientos hicieron palpitar de nostalgia y añoranza los corazones de todos los presentes, solo superadas esta noche por “Yolanda”, “Para Vivir”, ”El Breve espacio en que no estás”, y “Yo no te pido”, que el cantante y compositor, dejó intencionalmente para el final de la noche.

Precisamente para este último segmento, dejó Pablo sus interpretaciones más movidas de esta presentación como cuando el cantautor, hizo una pausa para presentar e interpretar el ritmo changüí sobre el cual explicó tiene una magia extraordinaria y poco conocido fuera de Cuba. Explicó al público que se localiza en la zona de Guantánamo, y añadió: “El changüí, no sé si lo conocen… tiene un aire muy atractivo, su melodía, su toque que envuelve… Originalmente los creadores usaron otros instrumentos, nosotros lo interpretamos con otro formato, tratando de acercarnos a la esencia del changüí, un ritmo descendientes de esclavos de los franceses que llegaron a las zonas orientales, después de la revolución haitiana”, e hizo referencia a fundadores de ese movimiento del siglo XX.

Más adelante, anunció “Vamos a tocar ahora un son montuno, ese es del que salen tantos ritmos cubanos y caribeños. El son montuno nace allá en las provincias orientales, en las llanuras del río Cauto, y desde que nace, contagia nuestra música nacional y se convierte en lo más representativo de nuestra música”. De inmediato, se escucharon los acordes de “Saco roto”, y su sonoro ritmo alborozó a la audiencia.

Posteriormente, toco el turno a “Vestida de Mar”, la última canción que ha escrito el cantautor y que deja el sabor de añoranza de una Habana también nostálgica, en la voz legendaria dulcemente vibrante y profunda de Milanés, en la que se advierte el fantasma de la soledad y la nostalgia que se percibe en sus más escuchadas y exitosas canciones y que parece continuar presente en sus últimas composiciones.

Por último, y antes de interpretar los dos platos fuertes de la velada, “EL breve espacio en que no estás” y “Yo no te pido”, Milanés se despidió de su público con la sencillez que lo caracteriza; “Esta ha sido una noche maravillosa con un público maravilloso. Muchas Gracias de mi parte y la de mis compañeros (refiriéndose a los músicos de su banda), ¡Muchas Gracias!, mientras también el selecto público boricua lo despedía, agradecido y reverente, pero también nostálgico de esta esperada vuelta, del querido Pablo, a la Isla del Encanto.
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